jueves, 26 de noviembre de 2015

Juzgar a los demás

Juzgar a los demás

Nunca es bueno juzgar a la ligera. Tampoco juzgar solo por hacer quedar mal a alguien o humillarlo, pero debemos tener mucho cuidado con este tema, porque muchas personas toman el "No me juzgue" como vehículo para seguir ofendiendo.

No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio ." (Juan 7:24)

La Justicia es parte del carácter de Dios

Desde el principio Dios estableció leyes espirituales y morales para el comportamiento correcto del hombre:  Dios juzgó la conducta incorrecta de Lucifer (Ezq. 28:13-19); Dios también juzgó a Adán y a Eva cuando se extraviaron y cayeron en el error (Gen. 3:14-19).

El pecado debe ser denunciado

"Y dijo a los jueces: Mirad lo que hacéis; porque no juzgáis en lugar de hombre, sino en lugar de Jehová, el cual está con vosotros cuando juzgáis. Sea, pues, con vosotros el temor de Jehová; mirad lo que hacéis, porque con Jehová nuestro Dios no hay injusticia, ni acepción de personas, ni admisión de cohecho". (2 Cron. 19:6-7).

La Iglesia de Jesucristo es la responsable de denunciar el pecado, ejemplo tenemos de los: Patriarcas, Profetas, Jesús y sus Discípulos, no debemos callarnos frente a el. Por eso sufrieron y se enfrentaron al vituperio de sus verdugos con la verdad en sus labios.

Cómo corregir a tu hermano: "15Y si tu hermano peca, ve y repréndelo a solas; si te escucha, has ganado a tu hermano. 16Pero si no te escucha, lleva contigo a uno o a dos más, para que TODA PALABRA SEA CONFIRMADA POR BOCA DE DOS O TRES TESTIGOS. 17Y si rehúsa escucharlos, dilo a la iglesia; y si también rehúsa escuchar a la iglesia, sea para ti como el gentil y publicano". (Mat. 18:16-17).

En un juicio solo se dan dos veredictos: (Inocente / Culpable):

"Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El. 18El que cree en El no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios."  (Dice Juan 3:17-18).

Lamentablemente la misma palabra nos juzga, y también Dios mismo le dió facultad a la iglesia (a los santos) de juzgar:  (1 Cor. 6:1-4).

¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los santos?
¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas?
¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida?
Si, pues, tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis para juzgar a los que son de menor estima en la iglesia?.

Si el impío no hace caso a la palabra de Dios, y cree que servir al mundo es mejor: Entonces la Iglesia debe asumir su papel y recordarle cual es su condición de pecador, y que hay un camino de salvación.  (Ezq 3:17-18)

17Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. 18Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano.




No hay comentarios:

Publicar un comentario